Carballiño siempre es una fiesta cuando se trata de libros y el sábado pasado, sus niños fueron entusiastas colaboradores de Cornelia, estupendos retratistas de brujas y agudos rimadores de conjuros
¡Gracias a todos por un día genial! Y gracias especiales a Marta, la librera, por apoyar la literatura infantil.
Ha sido tan emocionante presentar "Cornelia y el intruso del bosque" en La casa del libro, que dudo que las fotos reflejen lo bien que lo pasé ese fin de semana. Fue espectacular todo: la generosidad de Raúl y Euge, el trabajo de Lili, la complicidad de los niños, la empatía con Cornelia... Los momentos chulos fueron muchos, pero hay uno que además de chulo es una escena del mundo al revés, ¡parece de Alicia en el país de las maravillas! Yo, firmando su ejemplar a Diego Arboleda. Fijaos en la foto, qué niño tan formalito :-). ¡Gracias, Diego!
La feria del libro de Valencia es un escenario de película para encontrarte con tus lectores. Porque se celebra en el Jardín de Viveros, a la sombra de naranjos a reventar de fruta y otros árboles de troncos tan grandes como para albergar a una generación de gnomos. Y porque Valencia en primavera huele a azahar y la calle burbujea en las terrazas llenas de gente, las bicicletas, las plantas asomadas al balcón y la brisa del mar que se cuela por los callejones y te hace cosquillas en el cuello.
Después de un invierno tan largo como todos los inviernos, llegar a Valencia es desperezarse y echarse a vivir tras la hibernación. Y es como si también tus personajes despertasen de un letargo frío y corriesen de un lado a otro detrás de ti armando bulla y celebrando su fiesta con personajes de otros libros que, como ellos, han saltado del papel al parque para recibir a la primavera.
¡Ay, qué rápido y qué bien se han pasado estos días!
¡Hasta pronto, Valencia!
P.D. Gracias, Ana y Álex, Mar, Carlota, por el amor, el humor, las risas compartidas y un número indefinido más de cosas buenas.